El arte de la indumentaria valenciana
El arte de la indumentaria valenciana
Un homenaje a la tradición y a Amparo Gómez, nuestra fundadora
En un mundo que va deprisa, hay un lugar en Valencia donde el tiempo se detiene: donde las manos aún tejen seda y la tradición se cose puntada a puntada. Ese lugar es Espolín, y su alma es Amparo Gómez, la mujer que lo fundó con amor, maestría y un profundo respeto por el arte de la indumentaria.
Hace décadas, Amparo abrió un pequeño taller en Valencia con un propósito claro: mantener viva la belleza y la dignidad del traje de valenciana. Lo que comenzó como un sueño personal se convirtió en una misión de vida. Hoy, su legado sigue siendo la base de todo lo que hacemos.
Amparo no era solo una modista: era una contadora de historias. En cada costura narraba una cultura, una fiesta, el orgullo de una mujer por sus raíces. Su pasión sigue guiando nuestras manos y nuestros corazones.
Cuando Amparo eligió el nombre de su tienda, no fue por casualidad. Escogió «Espolín» porque representa lo que ella más valoraba: la artesanía delicada, la elegancia intemporal y la belleza que nace del trabajo bien hecho.
El espolín, como tejido, es símbolo de lo más alto de la tradición valenciana. Como nombre, se convirtió en su sello: una declaración de principios. Elegancia, detalle, respeto.
Un espolín es un tejido de seda elaborado a mano en telares tradicionales, a lo largo de cientos de horas. Se considera la joya de la artesanía textil valenciana. Cada dibujo, cada hilo, lleva consigo una historia y un alma. Vestir un espolín es portar una tradición que ha sobrevivido siglos y que sigue viva gracias a manos artesanas como las nuestras.
El traje de valenciana es mucho más que una vestimenta tradicional: es símbolo de pertenencia, de fuerza, de celebración. Para muchas mujeres, especialmente durante las Fallas, representa un momento único en su vida. En Espolín, las acompañamos en ese momento con cuidado, elegancia y corazón.
Creemos que el verdadero lujo es invisible. Vive en las horas de dedicación, en la dignidad silenciosa de hacer las cosas bien, y en el significado que tiene cada prenda. Eso es lo que ofrecemos: un traje que no solo se lleva, se vive.